Es posible que como consumidora sensible y usuaria de la cosmética más natural ya sepas el daño que te están haciendo los sulfatos. 

Pero cabe la posibilidad de que aún no te hayas enterado.

O que no tengas claro de qué va… porque a veces las revistas cuentan 4 cosas y al final no sabes muy bien a qué atenerte.

Porque aunque se conozca con detalle el daño que causan incluso algunas peluqueras te dicen expresamente que uses champús con sulfatos.

¿Pero no habíamos quedado en que eran los malos de peli y había que evitarlos?

Déjame contártelo bien.

DAÑOS DEMOSTRADOS

Se ha demostrado que los sulfatos sintéticos derivados del petróleo provocan estos daños:

• resecan la piel porque eliminan la grasa natural
• empeoran los síntomas de alergia y eccema
• son irritantes de los ojos
• permiten que las toxinas entren más fácilmente en la piel
• resecan el pelo, lo debilitan y corroen el folículo favoreciendo su caída
• eliminan antes el tinte capilar
• acentúan más el color gris de las canas
• ensucian antes el pelo (esto es guay porque así lo tienes que lavar más a menudo y gastas más champú = más pelas para el que lo produce…)
• irritan el cuero cabelludo y producen picores

Y si esto te parece poco, por añadidura:

contaminan el medio ambiente tanto en su producción como en su uso y en su degradación.

Y entonces… ¿por qué se usan? te preguntarás…

Pues es que los sulfatos son un tipo de tensioactivos que limpian muy bien. Son las sustancias detergentes que entran en la composición habitual de los productos de higiene facial, corporal y capilar:

• geles de ducha
• espumas de baño
• champús líquidos y sólidos**
• leches limpiadoras
• espumas faciales
• aguas micelares
• etc…

Y son los más comunes y baratos: por ej. el SLES es un desengrasante industrial 300 veces más barato que otros tensioactivos naturales como el cocoglucoside y por eso se usan a pesar de ser muy irritantes y agresivos.

Es la única razón.

Los vas a encontrar en la lista de ingredientes (INCI) con la palabra sulfate o las siglas  SLS (sodium lauryl sulfate) y SLES (sodium laureth sulfate) que son los 2 más dañinos y los más comunes.

Pero también los hay de origen vegetal como el Sodium coco sulfate, y esto puede dar lugar a error porque no es tan dañino como los anteriores.

Aun así es un sulfato, aunque provenga del coco. Por tanto se comporta con un mayor poder detergente que otras sustancias alternativas que se usan en la cosmética limpia, natural o ecológica.

Por eso usar de vez en cuando un champú con sulfatos de coco puede ser útil para limpiar el cuero cabelludo y el cabello de los residuos de los productos de cuidado y styling capilar y es por eso que lo aconsejan algunas peluqueras.

Pero nada más. Puntualmente.

El resto de productos de higiene no deberíamos usar ninguno que llevase estos ingredientes, sobre todo en facial.

¿Los sulfatos siempre dañan?

Hay especialistas que dicen que depende de la fórmula final y si está bien hecha y equilibrada que no deberían irritar ni agredir.

Claro.

Pero ¿cómo lo sabes si no eres química? ¿Cómo valoras si esa fórmula que contiene sulfatos va a estar bien hecha y no dañarte?.

Así que ante la duda… evitarlos de pleno.

Salvo el sulfato de coco en algún champú si tienes la necesidad, pero incluso este sulfato puede resultar agresivo en personas con el cuero cabelludo sensible o el pelo débil.

Eso en relación a tu salud.

Pero en relación al planeta… ahí no hay duda. Siempre contaminan.

¿Incluso el coco que es de origen vegetal?

Pues algunos especialistas también puntualizan que para que tú tengas ese sulfato de coco se están esquilmando los bosques tropicales…

De modo que la única opción sostenible sería que ese sulfato de coco tuviese sello ecológico que al menos garantiza algo el tipo de cultivo de los cocos y palma. 

En un próximo artículo hablaremos de las alternativas para que las busques en la INCI.

Mientras tanto, los productos de Cosmética Limpia en la Tienda de Agua de Flores siempre han pasado previamente por mi filtro para que estés tranquila que no contienen sulfatos.

Sulfatos en los champús sólidos**.

Con el cuento de que no contaminan al carecer de envases, la moda de la cosmética sólida tiene mucho lavado de cara verde.

En este caso ojo porque te pueden colar un champú lleno de sulfatos petroquímicos con el atractivo de la sostenibilidad.

Pero… ¿de qué sirve que no vaya en un recipiente de plástico si está lleno de un químico derivado del petróleo?

El lavado verde (greenwashing) es una verdadera zancadilla para las personas que se suben a este barco del cuidado sostenible y ecológico.

No te rindas si te la han colado, yo llevo muchos años y a pesar de eso alguna vez me ha pasado.

Sobre todo por confiar en una marca en general que puede tener buenos productos pero en uno concreto levantar la mano y pasar por alto algún ingrediente chungo.

Por eso la información es poder.

Y nuestras manos de consumidoras conscientes tienen mucho poder: el gasto mueve la balanza.

¡Bienvenida al equilibrio!

Besos y flores.

Sheila Minguito.