Cómo sortear la disonancia cognitiva con la belleza.
mujer abrazándose a sí misma

Quieres estar fantástica, tener la mejor piel, verte estupenda. ¡Cómo no! ¿Quién no quiere esto?

Pero esta noche te fuiste a la cama sin cuidarte el cutis.

O sí que lo hiciste, pero a mil por hora, rezongando porque lo tienes que hacer, total para qué: “por mucha crema que me ponga nunca tendré la piel de mi madre… ¡ella nunca se echó nada!”

Las mujeres tenemos mucha información, sabemos muy bien qué hay que hacer pero… a veces choca con nuestro comportamiento.

O con otras creencias dentro de ti. Si te pasa esto no te culpes.

¿QUÉ ES LA DISONANCIA COGNITIVA?

 

Los Seres Humanos somos contradictorios y nos acompaña constantemente la disonancia cognitiva*: pensamos una cosa y hacemos la opuesta.

O pensamos cosas contradictorias y nos bloqueamos al actuar. ¿Te suena?

Lo que nos produce un malestar interno muy desagradable que nos lleva muchas veces a cambiar nuestro comportamiento para no sentirlo.

Y en muchas ocasiones más a engañarnos a nosotras mismas contándonos justificaciones:

“Por mucho que me haga sigo teniendo arrugas… manchas… flacidez… granos… etc…”. “No es obligatorio ser joven…” .“No sé hacerlo bien…”. “Mañana…”.

Esta contradicción nos provoca ansiedad, angustia psíquica porque no sabemos bien qué nos está ocurriendo: ¿si yo quiero esto porqué hago lo opuesto?

Estoy segura que tú sabes qué quieres cuidarte la piel, (¿o quizás no?).

Para eliminar esa ansiedad provocada por la falta de coherencia entre el pensar y el hacer nos comportamos mal con nosotras mismas y nos ponemos, muchas veces, nuestra propia zancadilla.

Con la belleza pasa constantemente. Lo veo a diario.

Si quieres tener bien la piel necesitas invertir algo de esfuerzo, tiempo y dinero. No mucho, la verdad, pero algo sí.

Y esa es la realidad.

Pero si te ocurre que choca con barreras internas que no sabes ni que están ahí y te pillas justificándote para no sentirte mal por no invertir ese poco en ti misma hoy te comparto 3 actitudes clave para revertir la ansiedad producida por la disonancia cognitiva con la belleza.

Y si esto no te pasa me alegro mucho; que hayas salido de ahí y de sus consecuencias paralizantes y el gran daño que nos produce es un logro, pero si te identificas estate tranquila.

Hay solución.

SOLUCIONAR LA CONTRADICCIÓN

1. Aclara tus valores estéticos

En un rato de descanso, cuando tú quieras y puedas, o mismamente ahora mientras me lees, o mientras te aseas para empezar o para terminar el día, quédate contigo misma un instante y pregúntate qué sentido tiene para ti cuidarte.

Te invito a unos instantes de reflexión:

La primera pregunta crucial es: ¿yo quiero estar guapa? ¿Para qué?

La segunda es, todavía más crucial: ¿me siento guapa y me permito serlo sin compararme con nadie más?

En 2004 Dove sacó un estudio donde se mostraba que el 96% de las mujeres no se sentía guapa.

Poco hemos avanzado en estos años, a pesar de todo el movimiento en las redes sociales sobre la auto aceptación y el empoderamiento femenino.

Si no te crees guapa ponerte algo para conseguirlo está en contradicción. Esta es la primera contradicción que hay que barrer.

Si puedes tú sola bien; si no necesitarás consejo o ayuda para dejar de pegarte con las creencias sobre tu belleza, que dan mucho sufrimiento, créeme. 

 

2. Se realista con tus objetivos y tus medios

 

Una vez tengas claro si quieres cuidarte pasa a valorar con qué lo vas a hacer. Solo necesitas pararte un poquito para sentir tu verdad y salir de creencias ajenas.

La presión social nos moldea con más fuerza que las placas tectónicas a las montañas y las expectativas irreales están en el reclamo de cada crema que te encuentras en el mercado, sí, también en el bio, orgánico y natural.

Entonces plantearte objetivos y medios es la segunda clave para avanzar:

A. ¿Cuáles son los objetivos que quieres lograr con el hecho de dedicarte unos minutos?

Conocer tu piel y lo que necesita para estar bien forma parte del éxito de lo que quieras lograr.

Puede que nadie te haya enseñado cómo hacer tus cuidados correctamente para ti y necesitas invertir un poco de energía para aprender qué y cómo es lo que mejor te viene.

Y como nadie nace aprendida quizás necesites asesoramiento profesional***, que te ayudará a dejar de perder tiempo y dinero en productos o sistemas que no van contigo.

Pero es necesario que te plantees sinceramente esos objetivos. Para llegar a tu destino necesitas saber a dónde vas… si no solo deambulas…

 

B. ¿Qué cantidad de tiempo, de dinero o de energía personal tienes para invertir en tus cuidados?

Adaptar tus cuidados al tiempo que tengas (o quieras tener) es crucial.

Evita mucho malestar porque es un bien escaso sobre todo si tienes hijos o personas a tu cargo y además trabajas (no solo en casa) y priorizar es capital para llegar a todo.

Con 5mn puedes limpiarte e hidratarte el cutis. 2 veces mejor aún que 1, pero si es una fantástico.

La economía es otro factor dominante. Si anhelamos usar esta tal marca pero se nos escapa del bolsillo conformarnos con menos puede ser amargo.

Sin embargo existen muchas opciones reales y efectivas que te  permiten ajustar al milímetro el presupuesto que tengas con la mayor eficacia y actividad.

Te aseguro que cuando te pones los productos más adecuados para ti una parte de la disonancia cognitiva se resuelve.

 

3. ACEPTACIÓN Y ACCIÓN

 

Profundizar en tus deseos y creencias te va a permitir lograr coherencia entre lo que piensas y lo que haces, de modo que no solamente dejarás de sentirte mal contigo misma, sino que ganarás energías para dedicarlas a lo que de verdad quieres.

La culpa es una respuesta emocional inconsciente cuando sientes disonancia cognitiva con el cuidado de tu cuerpo.

Bloquea y reduce tu autoestima, ya que todo culpable merece un castigo (“quédate con la cara así, te lo mereces…” te dirá tu ejecutor interior).

No pasa nada si te contestas que no te interesa sentirte o verte mejor de lo que ya estás.

Claro que sí, hay mujeres que así lo hacen y si para ellas está bien nada más hay que decir.

Lo importante es salir de la disonancia cognitiva con la belleza porque solo nos hace sufrir y ese estrés pasa factura en la piel.

Pero a veces te encontrarás cayendo en lo que yo llamo “me pillé en un renuncio” una frase de mi idioma materno que expresa que me acabo de dar cuenta de que he hecho o dicho algo que va en contra mía.

Bien, no pasa nada.

Lo reconozco, acepto que ha sido un lapsus y vuelvo a mi plan, porque ya he decidido que quiero cuidarme, porqué y cómo.

Sin mucho más; sin flagelarme, mentirme, excusarme, culpar a otros o a las circunstancias… 

Si hoy no me puse crema, o no me limpié o no… lo que sea, alguna razón tendría.

O no. Pero así ha sido y al aceptarlo, me libero de la culpa y avanzo.

Y mañana vuelvo a mi plan. Persevero porque así lo he decidido.

 

Con estas 3 claves psicológicas (para tratar la disonancia cognitiva hay más trabajo, pero en relación a la belleza estas 3 te ayudarán mucho) vas a sortearla y tratarte conscientemente.

Decidas lo que decidas.

Así que conecta contigo, con tu piel, y si decides que sí, que quieres cuidarte sin tener que darte ninguna explicación, en este blog puedes descubrir muchas maneras naturales de hacerlo.

Muchas gracias por leerme. 

Disfruta de tus días.

Namasté.

Sheila Minguito.

 


*“La disonancia cognitiva es un fenómeno psicológico que consiste en una tensión o contradicción interna en nuestro sistema de creencias.

Es lo que pasa cuando tienes a la vez 2 pensamientos que están en conflicto, que se contradicen, o cuando tu comportamiento entra en conflicto con tu sistema de creencias”.  Emilio Valcárcel.

Si quieres más información sobre este tema echa un ojo a este video de Emilio Valcárcel donde lo explica genial.

 

 


*** lo encuentras en mis servicios para ti, online o presenciales.

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