Estamos en época de todo tipo de males respiratorios, el ‘oficial’ y los demás, que nunca se han ido. La mayor parte de los síntomas de los de siempre son los mocos y la tos que se necesita para expulsarlos: narices, gargantas y pecho se llenan de flemas de todo tipo de colores y densidades.
Tomar medicamentos para ellos no suele funcionar, ni siquiera los mucolíticos porque cada año me seguís preguntando por algo “natural” para soltar los mocos pegados a las vías respiratorias.
En este artículo ya hablé de remedios para tomar que mejoran todos los procesos de infecciones o inflamaciones de las vías respiratorias, pero hoy te explico 2 remedios específicos para ablandar los mocos y que salgan bien y no solo calmes la tos si no que te cures mucho antes y mucho mejor.
Leche con Ajos para ablandar los mocos.
¡Puaj! Lo primero que pensé y dije yo cuando de adolescente mi madre me preparo esta pócima por vez primera, pero me lo hizo tomar diciendo que no sabía mal y hasta que no lo probé no la creí.
Pues no, no sabe nada mal y la toman genial niños y grandes. Una vez superen sus creencias saboriles.
A cada cual le sabe a lo suyo, a mí me recuerda a la besamel…
Y una vez pasado el primer trago, nunca mejor dicho, además de que no sabe mal porque la preparación le cambia el sabor a los ajos, su efecto suele ser inmediato.
Notas cómo reconforta el cuerpo, alivia la tos incluso la más terrible y suelta los mocos que es un primor, así que nadie protesta por tomarla.
La preparas así:
Ingredientes:
- 350ml de leche vegetal de arroz sin azúcar añadida o bien de leche de cabra u oveja, aunque también se hace con vaca si no te sienta mal.
- 1 cabeza de ajos.
Procedimiento:
Separa los dientes de ajos pero no los peles ni los piques, van enteros. Ponlos a hervir en la leche, en cuánto rompa el hervor déjalos a fuego suave 15 mn, mejor tapados. Antes de retirarlos del fuego pínchalos con un cuchillo para comprobar que estén cocidos.
La cantidad de líquido debería reducirse a la mitad.
Cuela y toma de inmediato, cuánto más caliente la puedas tomar mejor, pero sin quemarte.
Si sobra, guárdala en la nevera y la calientas suavemente antes de volver a tomarla, pero solo durante 24h. Si pasa ese tiempo tírala.
Dosis:
Para los adultos: el líquido que queda de la cocción.
Para los niños: de 3 a 7 años dales un chupito. De 7 a 14 la mitad de la dosis de adulto y a partir de 14 años dosis de adulto.
Depende del proceso puede tomarse una o dos veces al día, generalmente con 1 es suficiente, durante los días que sea necesaria.
A veces el proceso queda enquistado y aunque ya no hay malestar los mocos se quedan en el bronquio, la garganta o las narices, entonces tómala a diario hasta que se hayan limpiado.
Cataplasma de Salvado de Trigo y Miel para la tos.
No, no es un rollo, es un antiguo remedio que alivia tanto la tos, el malestar general, el dolor de pecho, ablanda los mocos y flemas y permite dormir al catarroso que merece la pena invertir un ratito para prepararla.
Ingredientes:
1 bolsa de Salvado de Trigo de aprox. 300grs, arriba o abajo. Debe ser solo salvado, que no lleve ningún añadido.
6 cucharadas de buena Miel, mejor de Tomillo o de Bosque.
1 bolsa de papel estraza (kraft) sin letras impresas o una bolsa de tela de algodón blanco, del tamaño adecuado para el pecho de la persona.
Procedimiento:
En una olla pon a calentar la miel y cuando esté líquida añade el salvado de Trigo, removiendo bien para que absorba toda la miel.
Sigue calentando y removiendo el tiempo necesario procurando que no se queme (aunque es muy fácil que se pegue por culpa de la miel) hasta que esté muy, muy caliente.
¿Cómo lo sabes? Sencillo: metes la mano y tocas la mezcla; si te quemas ya está lista. Si lo aguantas bien todavía le falta calor.
Una vez que está muy muy caliente y no aguantas tocarla con la mano introduces la mezcla lo más rápido que puedas en la bolsa que tienes preparada y la cierras para que no se salga.
Aplicación:
De inmediato se la aplicas en el pecho, espalda o en la garganta al malito/a, mejor en contacto directo con la piel pero también sobre una camiseta de algodón. Y se sujeta con la propia ropa, sea la camiseta o la chaqueta del pijama.
Pero ¡cuidado!: no tiene que quemar la piel del pecho, la espalda o la garganta. Para eso la vas acercando poco a poco de modo que su calor acomode la zona mientras se acostumbra a sentirlo y la cataplasma enfría un poco durante este tiempo.
La idea es que se aplique lo más caliente que pueda aguantar la persona pero sin quemar la piel. La sensación debe ser de mucho calor pero no molesta. Si hay sensación de quemadura déjala enfriar un poco más antes de que toque la piel.
La dejas actuar el tiempo que sea hasta que enfríe la mezcla en la bolsa y no se sienta calor.
La combinación del calor con la miel y el efecto emoliente del salvado ablanda los mocos y calma la tos, por eso una vez tibia es mejor quitarla.
Cuando la retires es posible que la zona quede enrojecida por un tiempo, es normal y no es una quemadura.
La cataplasma al ir en una bolsa no mancha, y si la doblas bien tampoco se sale, de modo que es muy cómoda de aplicar mientras se está tumbado en la cama o en el sofá.
Reutilización
El contenido de la bolsa lo puedes reutilizar varias veces más añadiendo un poco más de miel, hasta que veas que no lo puedes desmenuzar más.
Depende del tamaño de las cascaras del salvado y del tipo de miel puedes recalentarla 2 a 4 veces.
No la calientes en el microondas. Tienes que sacar el contenido de la bolsa y volver a calentarla como la primera vez, desmenuzando los terrones de salvado y miel para que se caliente todo el contenido uniformemente.
Indicaciones y precauciones:
Ablanda la mucosidad y calma la tos, tanto del pecho como de la garganta a veces de inmediato. Es ideal para irse a dormir.
Si la persona se queda dormida con ella no es problema, es muy fácil de quitar.
Para todos a partir de 7 años.
Puedes poner esta cataplasma una o dos veces al día. Alterna el área de aplicación, el pecho con la espalda.
El tamaño de la bolsa y del contenido debe adaptarse al tamaño de la persona, para niños o personas pequeñas pon dos terceras partes de las cantidades indicadas.
La idea es que abarque el centro del pecho, de la espalda entre los omóplatos o la garganta y las clavículas.
Si se la vas a poner a alguien pero tú misma no la has usado nunca es mejor que pruebes la sensación que produce en tu propio pecho durante unos minutos para que puedas valorar si quien la va a recibir te da las indicaciones correctas.
Hay personas que aguantan mucho o poco calor y puedes hacerles daño. Con los niños siempre es mejor que te la pongas tú un instante antes en el pecho o garganta y valoras si quema o no.
Si no está muy caliente hace menos efecto, es decir, tibia no vale mucho. Pero si la aplicas bien calentita sus efectos son inmediatos.
Y nadie protesta por recibirla. Un poco más por prepararla, pero las mamás agradecéis recetas que aunque haya que prepararlas, funcionen.
Cocimientos y cataplasmas para ablandar y expulsar los mocos, aliviar la tos y curarse antes. Buenos, bonitos y baratos.
Medicina natural tradicional. Hay que hacerlos sí, pero compensan.
Siempre funcionaron.
He dado estas recetas y estas explicaciones cientos. Y muchas clientas se acuerdan de ellas al año siguiente, o se la pasan a amigas.
Si las necesitas y las pruebas cuéntamelo. Me gusta saber si te va bien con lo que recomiendo.
Gracias por leerme.
Namasté.
Sheila Minguito.
NOTA DE EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD SALUD INTEGRAL
El objeto de este artículo es comunicar e informar sobre distintas posibilidades que ofrecen los remedios naturales para promover y mantener la Salud Integral de las personas que deseen ejercer su derecho a hacerse responsables de su propia salud.
La información que transmito está basada en mi experiencia directa como naturópata a lo largo de más de 25 años con distintos laboratorios de productos y remedios naturales.
Debo informarte que en este contexto declino toda responsabilidad del uso inadecuado que se le pueda dar a estas recomendaciones respecto a su aplicación inadecuada o negligente, reacciones individuales o interferencias con tratamientos médicos.
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