Estamos en invierno. Todo está en calma, dentro, cerrado, recogido, invernando. Porque toca frío.

Los árboles no echan hojas, los animales no pierden pelo… y nosotros también estamos sujetos a las leyes naturales, aunque ni nos acordemos de ellas.

Y como somos seres de sangre caliente necesitamos mantener esa mínima energía básica que contrarreste la tendencia natural del frío a dejarnos parados.

Bien, aunque te parezca rara la idea de que puedes potenciar tus defensas si tienes buena circulación sanguínea ten en cuenta que el ser humano es realmente un Todo.

¿Quién permite que las defensas lleguen a dónde son necesarias?

La sangre.

Pues imagina que no funciona bien tu propio transporte interno. Que no hace bien su trabajo, que es llevar a cada célula y cada tejido los agentes que necesita.

Oxigeno, nutrientes y… todos los agentes defensivos que necesitamos para compensar el daño.

Y, además saca de la célula y cada tejido lo que ya no necesita.

Toxinas y excrementos celulares, lo que sobra, vamos.

Por que la circulación sanguínea y linfática es el sistema de suministro y limpieza de nuestro cuerpo físico (sistema hemo-linfático).

¿A qué es fácil imaginar lo que pasa en una ciudad cuando no llegan suministros y tampoco salen las basuras?

Colapsa.

Pues en nosotros igual. En invierno puede colapsar más, porque el frío empeora nuestro sistema circulatorio que ya está bien bloqueado y obliga al sistema defensivo a trabajar más porque tiene menos ayuda.

¿Qué pasa cuando hace demasiado frío?

Un exceso de frío es una energía dañina. Nuestro cuerpo responde cerrándose. Los capilares sanguíneos se contraen. Y la sangre pasa peor o no pasa.

Dependiendo de la zona que reciba la potente agresión (y por supuesto de la fuerza vital de cada uno) lo primero que ocurre es un mecanismo de inflamación (ya sabes: calor, rubor, dolor).

Enseguida el proceso “enfermedad” se desencadena y los sistemas de autodefensa empiezan combatir los daños.

Si el frío te entró por la garganta: faringitis o laringitis; si bajó a pecho, catarro bronquial o bronquitis; si llegó a oídos, otitis; si te entró en la espalda, lumbalgia; si caló en tus rodillas, crisis artrítica; si subió a nariz, rinitis o sinusitis; si se coló en intestino, gastroenteritis… **

Entonces la conexión de nuestro sistema de defensas con el resto de sistemas lanza lo antes posible un incremento de la circulación sanguínea para que la sangre cargada de sustancias inmunológicas lleve todo lo necesario para minimizar el daño y devolver el equilibrio a la zona dañada.

Así que a pesar de los síntomas, lo que está pasando es lo mejor que puede pasar.

Es la Vis Natura Medicatrix, la fuerza curativa de la naturaleza de nuestro propio cuerpo-mente. Ella es la que cura, si la dejamos actuar.

Pero eso no significa que no la ayudemos.

De hecho, hay muchos remedios naturales que facilitan la descongestión de la zona inflamada a un ritmo apropiado para que el sistema inmune siga haciendo su trabajo y que ayudan a sentirse mucho mejor durante todo el proceso catarral (si, también una gastroenteritis es un catarro intestinal).

Entre ellos, los que favorecen una buena circulación sanguínea son esenciales para mantener operativas nuestras defensas ante el frío exterior y sus consecuencias.

Cómo mejorar tu circulación sanguínea para aumentar tus defensas

Los trastornos cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en el primer mundo, así que ayudar a tu circulación sanguínea a que funcione mejor no solo va a prevenir que cojas catarros o gripes en invierno si no que mantengas tu salud integral mucho mejor.

En nuestros hábitos cotidianos hay dos que tenemos que revisar, porque durante el invierno se incrementa el daño que nos hacen.

1. Moverse

El primero es el movimiento. En nuestras vidas confortables de primer mundo no nos mantenemos en movimiento constante. Suave, pero constante. No. Más bien todo lo contrario.

Con el frío lo que más apetece es tumbarse en el sofá debajo de una manta a ver la tele, leer o dormitar.

Y la mayor parte de nuestros trabajos son sedentarios, parados horas y horas (da igual sentados o de pie).

Sin movimiento nuestra sangre no fluye. Se estanca.

Mover los músculos exprime los vasos sanguíneos como cuando retorcemos una bayeta para escurrirla, de modo que pone en marcha la sangre parada y permite que entre sangre nueva.

Sin moverte no hay buena circulación. Ya sabes el calor que generas después de una buena tanda de ejercicio…

En invierno nos movemos menos, precisamente porque el frío de fuera nos deja dentro de casa…  solución: moverte de alguna manera que te guste, incluso dentro de casa.

Si trabajas parada, tanto de pie como sentada, cada x tiempo mueve un poco las extremidades para activar la circulación sanguínea.

Sí, ya sé que esto es un rollo y hay que acordarse, pero si te lo tomas como un aliado para que tus piernas estén más bonitas pues quizás te apetezca poner una alarma cada hora y cuando suene hacer algún movimiento de tobillos por ejemplo.

2. Drenar tu Hígado

El segundo es el estado del hígado. Porque una de sus funciones es hemodinámica, almacena la sangre cuando no la usamos, y además la limpia combatiendo los patógenos gracias a su función inmunitaria, es decir, participa en nuestras defensas.

Y recuerda que el exceso de comida, bebida y fármacos lo satura. Y si no nos movemos no le pedimos que reparta sangre y ahí está, congestionado y en baja forma.

La combinación de sedentarismo, saturación hepática por excesos gastronómicos y frío externo es una maravillosa tríada que nos deja cientos de miles de casos de todo tipo de –itis en invierno.

¿Te puedes imaginar si eliminas una de las 3? Pues mucha mejor salud, porque estás apoyando tus defensas.

Además de las plantas medicinales que te echan una mano para aliviar la carga hepática, no dejes de practicar este sencillo hábito que va a ayudarte a drenar la linfa, mover la sangre y descargar el hígado: el cepillado en seco.

Tiene tantos beneficios que si empiezas a hacerlo ya nunca lo dejas, pero no es por los beneficios… es por el gusto que da pasarse el cepillo y cómo queda tu piel cuando llevas un tiempo haciéndolo.

Las potentes ayudas de las plantas medicinales y los aceites esenciales

Hay numerosas plantas medicinales con propiedades preventivas y curativas gracias a su elevada concentración en sustancias inmunoestimulantes, anti oxidantes y antiinflamatorias, como los flavonoides, que además de antinflamatorios son verdaderos protectores de los vasos sanguíneos.

A través de sus componentes se puede modular la respuesta inmunitaria mediante la producción de células y mediadores inmunes, equilibrando tus defensas.

Es decir, con las plantas medicinales puedes a la vez, cuidar tus vasos y tu circulación sanguínea y potenciar el sistema inmune.

Muchos aceites esenciales, a su vez, tienen propiedades inmunoestimulantes y por supuesto circulatorias, y se ha demostrado que tras un masaje de Aromaterapia en todo el cuerpo la inmunidad queda elevada durante ¡3 días seguidos!

Por supuesto, todas las plantas medicinales con acción hepato – protectora son grandes aliadas para que recuperes el buen funcionamiento de tu hígado.

Aunque lo más indicado para un buen tratamiento integral es adaptar los remedios a cada persona, te dejo aquí 3 remedios muy eficaces para iniciar tu autocuidado.

Amargo Sueco, de Sol Natural.

La fantástica composición de este preparado herbal tiene más de un siglo y es una de las mejores ayudas para limpiar tu hígado.

Castanea composta, de Forza Vitale

Es una buena fórmula que me gusta mucho para apoyar tu circulación sanguínea y linfática, entre otras virtudes:

• Serbal tonifica la pared venosa.
• Arándano combate el engrosamiento de la pared vascular
• Castaño mejora el drenaje de los vasos linfáticos
• Chopo negro reduce el vasoespasmo y previene los micro trombos
• Castaño de Indias activa la circulación sanguínea y favorece el retorno venoso
• Olivo fluidifica la sangre y regula los fosfolípidos

Tratamiento Terreno CIR, de la S.P.A.

Contiene exclusivamente 22 aceites esenciales de alta calidad y pureza en sinergia de acción circulatoria.

Su acción va dirigida a proteger los vasos sanguíneos y activar la circulación hemato-linfática en todo el cuerpo, de modo que lo debes usar tanto si tienes ya trastornos como piernas pesadas, por ejemplo,  como si hay varices en cualquier parte del cuerpo, o padeces pies y manos fríos (sí, también con Raynaud) etc…

Ahora, como te decía, si ya los has probado o crees que necesitas adaptar tus cuidados, aquí es donde puedes consultarme.

Usa la lógica

Saca el frío del cuerpo, apoya a tus defensas.

Es una acción tan importante que puede cambiar el rumbo de cualquier enfriamiento, tengas la edad que tengas y cómo te encuentres.

A veces no basta llegar a tu casa caliente, es necesario contrarrestar cuanto antes el efecto del frío extremo, o simplemente excesivo para uno, y eso lo haces de estas 2 maneras.

Potencia la inmunidad cuidando tu cuerpo-mente

El sistema inmunológico es un sistema biológico capaz de reaccionar y cambiar su reactividad tanto por estímulos externos físicos, emocionales y psicosociales.

Su función es proteger la integridad del cuerpo frente a cualquier forma de acoso, ya sea infeccioso, químico, físico o mental.

Es una extraordinaria y compleja red de protección que funciona distinguiendo lo propio (todo lo que yo soy y que debe ser preservado) de lo no propio (todo lo que yo no soy y debe ser eliminado).

La Psico-Neuro-Endocrino-Inmunología ha demostrado ampliamente todas las sutiles conexiones entre nuestro cuerpo y nuestra psique formando ese todo único que llamamos Yo.

Si te han enseñado a tener miedo del frío, o de cualquier otro agresor externo, tus defensas se verán mermadas y la posibilidad de enfermar aumenta.

Tener recursos propios, a mano, naturales e inocuos que psicológicamente te ayuden a sentirte sin miedo de contraer una enfermedad es realmente lo que cambia tu estado hacia la salud.

No olvides que todos los que aquí te recomiendo están probados. Funcionan. Puedes tenerlos siempre en cuenta.

Para mí es la ventaja de estar en activo, viendo casos de clientes a diario. Por eso estoy tranquila dándote estos consejos y si te quedan cortos, recuerda que aquí tienes mis consultas.

Disfruta de la estación fría. También es maravillosa.

Sheila Minguito.

**Si, ya sé que hoy en día la medicina convencional dice que todo esto se produce por contagios de agentes infecciosos, pero bueno, aquí hablo de una visión no convencional de la salud y de teorías que hablan de que las enfermedades contagiosas realmente no ocurren como nos quieren hacer creer.

Piensa en cada vez que “has caído” enferma con alguna de estas -itis en invierno y cómo pudo estar relacionado, siempre, con un enfriamiento y/o una saturación.

No niego que existan virus, pero hay que abrirles la puerta y eso pasa si nos enfriamos o nos pasamos comiendo mal.

NOTA DE EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD SALUD INTEGRAL

El objeto de este artículo es comunicar e informar sobre distintas posibilidades que ofrecen los remedios naturales y las teorías no convencionales sobre el Ser Humano para promover y mantener la Salud Integral de las personas que deseen ejercer su derecho a hacerse responsables de su propia salud.

La información que transmito está basada en mi experiencia directa como naturópata a lo largo de más de 25 años con distintos laboratorios de productos y remedios naturales.

Debo informarte que en este contexto declino toda responsabilidad del uso inadecuado que se le pueda dar a estas recomendaciones respecto a su aplicación inadecuada o negligente, reacciones individuales o interferencias con tratamientos médicos.

Si estás padeciendo una enfermedad contrasta con tu médico cualquier información que quieras usar.

Si deseas ampliar cualquier dato aquí expresado puedes dirigirte a mí a través de mi correo electrónico: eco@aguadeflores.com.

Muchas gracias por hacerte responsable.