¡Estás rodeada, Flanagan!
Desde el desodorante, hasta las amalgamas dentales, pasando por tu cocina, el móvil, las pilas, las vacunas y el omeprazol…
No te libras de ellos.
Conocidos y usados desde la antigüedad, sin embargo ahora con el exceso industrial, hemos aumentado la cantidad y variedad hasta tal punto que están en el agua que bebes, el aire que respiras y en tu comida.
Porque forman parte de los pesticidas con los que riegan el brécol y el aguacate que comes.
De los piensos y fármacos que les dan a las gallinas, los cerdos y las terneras.
Los encuentras en el arroz, sobre todo si viene fuera de España.
Y en el marisco del Mediterráneo.
No hay sitio donde mires que no tenga METALES PESADOS.
Bueno, ¿y qué pasa con ellos? Te preguntarás.
Pues según la medicina oficial nada.
Por eso los meten en muchos medicamentos.
Y tampoco miran si tienes niveles elevados cuando te diagnostican parkinson, cáncer, brotes psicóticos o fatiga crónica.
Porque aunque se sabe y se ha demostrado que son
- cancerígenos
- genotóxicos
- pro-oxidantes
- atraviesan la placenta
- disruptores endocrinos (activan receptores estrogénicos)
Y generan
- trastornos neurológicos
- trastornos circulatorios
- disfunción hepática
- insuficiencia renal
- impiden la absorción de otros minerales que sí necesita nuestro cuerpo como el magnesio o el zinc, generando alteraciones por carencias
- gran variedad de síntomas variados: fatiga, dolores, alteraciones del ciclo de sueño, niebla mental, baja testosterona y subida de estrógenos
- bloqueo en la producción de energía (ATP)
Pues no los tienen en cuenta.
Ni en intoxicaciones agudas ni, menos aún, crónicas.
Así que solo te queda, Flanagan, darte por rodeada y poner por tu cuenta un poco de remedio.
Para compensar algo el superávit que nos fastidia la salud cada día.
Sí que es verdad que en esto de los metales pesados hay que tener en cuenta la variabilidad individual.
(Bueno, ¿y en qué no?)
Porque hay personas que aguantan una decena de amalgamas dentales de mercurio y no les pasa mucho y otras con una sola están tiradas en la cama sin poder levantarse.
Las técnicas quelantes, que son las que te limpian concretamente aquellos metales pesados que te están haciendo daño, debes hacerlas con protocolos personalizados y bajo supervisión profesional.
Son métodos que se deben realizar durante varios meses, de 3 a 6 según casos, y no es lo que te propongo hoy.
Si no que, mientras te informas más sobre tu caso particular puedes hacer una CURA DEPURATIVA NATURISTA para abrir las vías de salida y que después puedas hacer una eliminación de metales pesados mucho más eficaz.
Además, depurar tu organismo en primavera también tiene muchas otras ventajas:
- aligerar los síntomas de las alergias
- sortear la astenia primaveral
- limpiar la piel y mejorar las dermatitis y el acné de primavera
- despejar la niebla mental y que pienses mucho mejor
O simplemente soltar lastre, que siempre viene bien.
P.D: Y si quieres llegar a la Semana Santa mucho más ligera, puedes apuntarte a hacerla conmigo del 25 de marzo al 15 de abril.
Organizo en un grupo de whatsapp a todas las personas que se apunten. Como dicen las participantes de anteriores curas, hacerla acompañada es todavía mejor.
Besos y flores de Caléndula.
Sheila.
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